Bukele y su credo político

Ahora sabemos  que existen otros credos políticos y que en su influencia ya poseen seguidores en Colombia que ya algunos candidatos se han declarado partidarios de hacer lo mismo que Bukele está haciendo con las pandillas en San Salvador para combatirlas, construyendo mega cárceles a donde llevar a los delincuentes, y así darle el respiro que merecen los ciudadanos de bien que en los últimos años han sido acosados por las pandilleros que como la Mara Salvatierra aparecida en los Estados Unidos como producto de persecución a que eran sometidos, decidieron colaborarse mutuante los jóvenes que hoy representan ser los peores maleantes  de la sociedad salvadoreña y que se han tomado no solo un país, si no a los de sus vecinos, con sus características de los cuerpos tatuados y que tienen sus maneras de comunicarse y distinguirse entre ellos, y que ya ven con buenos ojos los colombianos de hacer aquí lo mismo. Vanas esperanzas de estar botando por la borda todo lo que tenemos en un estado de derecho a pesar de la crisis que tenemos para combatir a la delincuencia que florece a diario en nuestras ciudades, pero que no se compadece con las expresiones de solidaridad a los que pretenden equipararlas en Colombia. Algo así como esas megalomanías de algunos de estos políticos pretendiendo hacer lo mismo cuando la delincuencia allá es de otro carácter en un país en donde el actual presidente negoció con ellas, y en su lucro con la Mara los satisfizo a cambio de pacificar la sociedad plagados de estas bandas en donde algunos emigraron, y que a cambio para dar tranquilidad construyó el mega proyecto de cárcel si se quiere decir con una reforma política con el fin de encerrar a todo un país en su accionar para combatir a la delincuencia en la que justos pagan por pecadores, y quienes terminaron siendo tratados lo mismo que a ellos y reconociendo lo que todos comparten que la delincuencia y las muertes por la violencia han disminuido, y a pesar de su fracaso de instituir como moneda oficial el Bitcóin, porque solo una mínima parte de los salvadoreños según los estudiosos lo hacen, y con una economía igual o peor de la que antes estaba por la pobreza que viven la mayoría de la población. Y tal vez en esto último nos equivoquemos

Y contento por ser el representante del autoritarismo, desconociendo las libertades constitucionales que les rigen, aduciendo que allí los delincuentes no tienen más salida que las cárceles en medio de un país que encerrado en esas murallas de supuesta justicia, y  convertidlo en un ejemplo para América Latina y el mundo ha logrado centralizar su poder con los más cercanos que le acompañan. Qué Bukele lo haga allá pisoteando de paso las escasas libertades que ha tenido en su historia, no es para vanagloriarnos de esa temida dictadura que sin ningún escrúpulo en el primer año de enarbolar su bandera con mas de 65000 personas encerradas por el solo delito de caer en una de las muchas redadas que están haciendo, y que terminaron siendo victimas del mismo régimen que han defendido, y por mas que nos digan que viven cierta tranquilidad desde que Bukele decidió hacerlo desconociendo los más mínimos legalismos jurídicos con el que basó su medida en un país que cuenta con ordenamiento jurídico el cual hay que respetar y porque las ambiciones de poder, lo está llevando a la práctica en una nación  que merece respeto por la Constitución y sus Leyes, y que con estas medidas ya tiene seguidores políticos dispuestos a hacer lo mismo en otros países. Y no se trata de que cumpla la ley porque es la obligación de un gobernante, si no de la forma irrespetuosa como la hace, que atenta con los más elementales derechos de la libertad y la buena honra de las personas, si no que demuestra una actitud autoritaria ante un Estado que juró defender y que basado en su actitud ha detenido a todos los que encuentra a su paso por el simple derecho de ser su presidente, muy al estilo de los diferentes que han tenido en Centro América, y cuyos gobernantes se han convertido muchas veces en especie de gamonales de los países que les han correspondido dirigir. Un mal ejemplo para la democracia, sí verdaderamente es un demócrata.

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