Las elecciones para presidente de Estados Unidos el próximo 3 de noviembre se enmarcan luego de más de 200.000 muertos por la pandemia del Covid 19 tras la renuencia de Trump a reconocer que debía tomar las medidas necesarias del distanciamiento personal, el uso del tapabocas más todas las otras formas de aislamiento social aconsejadas por los expertos para prevenir y controlar en parte la expansión del nuevo virus mortal y todo lo que sucedió en New York y demás estados federales del país como consecuencia de la renuencia personal para tomar dichas medidas a tiempo, y así contra restar las consecuencias de dicha devastación para con sus habitantes, cosa que reconoció y aceptó en la entrevista concedida al mismo periodista que en los tiempos de Nixon denunció el Watergate y lo llevó a la renuncia presidencial, en la que reconoció que previó lo que podrían ser los alcances de dicha pandemia, y su temor por regar el pánico entre los estadunidense ante un virus que en menos tiempo de lo previsto ha provocado más muertos de lo que sucedió con la peste Negra en la Europa de 1.400 y de la gripe española a principios de la primera década del siglo pasado; y de paso mintió como siempre lo ha hecho para lograr sus propósitos personales que han terminado por convertir sus mentiras en falacias al asegurar que estaba tomando hidroxicloroquina, el medicamento usado contra la malaria y el lupus, y que ha sido el peor de los descréditos por enfermarse de la misma pandemia que no consideraba peligrosa, y que al día de hoy lo están perjudicando frente a su oponente demócrata, el aspirante presidencial y expresidente Joe Biden. Si bien es cierto que ha logrado parte de lo que quería como republicano a expensas de sus posiciones respecto a la era de Obama con su reforma sanitaria, aduciendo que Estados Unidos como potencia estaba menoscabada en sus intereses económicos con los acuerdos internacionales, y asi dando paso al capitalismo salvaje de su administración en contravía de los acuerdos internacionales sostenidos con otros países, entre estos los tratados del libre comercio con Canadá y México, o el que tenía con los aranceles de los productos Chinos establecidos por la Organización Mundial del Comercio, y que luego de conseguir parte de lo que se proponía sin lograr que el anhelado muro que planteó en la frontera con México se hiciera una realidad completa debido a los diferentes percances tenidos en la ejecución de la obra, a pesar de lograr una mayor contención de la llegada masiva de los migrantes en donde ha colocado a México como el gendarme latino que impida su paso contra los centroamericanos, y a Guatemala también a cambio de su ayuda internacional, en que los obliga a pedir asilo en un tercer país, qué de no hacerlo nunca podrían conseguir una visa del anhelado sueño americano, y que siempre estará presente por su cercanía en un continente en que las monedas latinoamericanas están depreciadas respecto del dólar. Negar el calentamiento global y su decisión de no apoyar económicamente a la Organización Mundial de la Salud con el cuento de que estaba parcializada a favor de China, el asesinato de ciudadanos negros a manos de policías sin que su administración los repudiara abiertamente ha logrado que su política racista, incluso contra ciudadanos de países islamistas, estallara en protestas callejeras que al día de hoy todo parece indicar en las encuestas que Joe Biden pueda ser el probable ganador en esta batalla presidencial tras esa larga disputa electoral por el poder en que es acusado por Trump como el exponente de la ideología Socialista de izquierda de Sanders para confundir a los votantes después de presionar al gobierno de Ucrania a que investigase a su hijo por supuestos manejos de corrupción en una empresa de dicho país durante varios años aprovechando que su papá era el vicepresidente de los Estados Unidos; a no ser que como sucedió con Hillary Clinton donde perdiendo las elecciones presidenciales, logró ganar la votación con la mayoría de los delegados elegidos para el Colegio Electoral que le dieron el solio presidencial. Ni siquiera los jóvenes todavía están convencidos de las bondades de su gobierno ni los famosos Millenials aplauden lo que ha hecho con los que llegados desde muy niños a estudiar se hayan visto amenazados a devolverse a las regiones alejadas y pobres de la tierra donde nacieron, además de toda esa persecución adonde miles de infantes quedaron desprotegidos por sus propios padres y familiares que todavía no saben de la suerte corrida por estos. Así pues, todo parece indicar que la soledad del poder en contra suya es casi un hecho, que incluso se ha atrevido a afirmar que los votos por correo postal podrían ocasionar un fraude generalizado en el que no reconocería la derrota. Tal vez su olfato político le diga que está próximo a ser vencido en las urnas, sino logra superar en las encuestas a Biden, y que su lucha a última hora lo mismo que Biden se haya centrado en aquellos estados que le podrían volver a dar la victoria como presidente con los delegados elegidos para el Colegio Electoral. La suerte está echada para ambos contrincantes políticos.