Los imaginarios de nuestras creencias

Imagino a los hombres de las cavernas y sus pensamientos animistas llenos de misterios por una realidad incomprensible adonde se reunían en las cuevas de Altamira para dibujar los animales que pretendían cazar entre los fríos estridentes de la época glaciar, y en medio de sus rituales oraban por que les fuera bien en la faena de la caza, y celebrar  así entre rezos y danzas  con los dioses en que creían que les daban los alientos de la fe para conseguir entre todos lo soñado en la búsqueda del sustento diario cuanto todavía el hombre del paleolítico no conocía la propiedad privada, y todavía no existía la división del trabajo ni  el matrimonio como lo conocemos ahora, pero sus quimeras al fin y al cabo los obligaban mancomunadamente a subsistir mediante la caza y la recolección nómade de las frutas; o porqué no en una etapa más desarrollada en que sus dioses como los que fueron los de la mitología griega y de los romanos se confundían con las vidas y aventuras  de antiguos reyes donde los pueblos convirtieron  sus aventuras en leyendas, y mediante ellas hicieron que sus creyentes les ofrendaran animales o humanos en su honor; o como lo hicieron en su tiempo nuestros aborígenes con las vidas de los niños de las tribus que fueron  esclavizadas o destinados por sus mediadores como oblaciones con los imaginarios de sus deidades para saciar las necesidades espirituales de los pueblos que dirigían, y así sostener el poder que ostentaban y privilegiaran a su descendencia con el destino de sus familias que seguirían  administrando a sus clanes, tribus y sociedades que incluso la antropofagia de algunas tribus no fue más que parte de la creencia con la que adquirían las posibles virtudes físicas y espirituales de sus rivales, o como las sociedades de ahora que con la fe los creyentes solidariamente con sus ideas hacen lo necesario en los rituales para que puedan sobrevivir en este mundo. Esa fe que para muchos puede ser ciega y mezquina muchas veces ha terminado por afectar a otros cuando la política y la religión se mezclan. Los dioses en el principio de los siglos de nuestras existencias fueron los que forjaron las primitivas civilizaciones que como las de Egipto o las romanas o la de nuestra cultura católica y las de otras civilizaciones han provocado grandes progresos para la humanidad, o catástrofes sociales adonde el imperio de la religión muchas veces en vez de construir ha terminado por arruinar a civilizaciones enteras. La imaginación del hombre se ha impuesto de acuerdo al desarrollo de sus relaciones sociales y de los modos de producción socio económicas, y a pesar que como sucedió con la revolución socialista de los bolcheviques que impusieron un estado ateo y ceñido a las circunstancias para lograr una sociedad más justa, sin que su pueblo se alejara de sus dioses que eran los mismos de los zares que con sus creencias los dominaron durante siglos, y lo mismo que en medio de las guerras libró Europa por impedir que el Dios de los seguidores de Mahoma se impusiera, y de los cuales da cuenta la historia con las cruzadas para defender a los cristianos de la invasión de los bárbaros - según ellos - que culminó con la caída y el orden establecidos de los califatos y costumbres arraigadas muy diferentes a las de la cultura occidental, que incluso todavía sabemos que existen las desigualdades de género entre el hombre y la mujer en las que esta continúa destinada a vivir bajo las férreas normas de las comunidades sociales y religiosas, y en que sus libertades no se comparan con las que existen en las sociedades occidentales, e incluso en aquellas naciones que muchos llaman socialistas sin serlo.

El monoteísmo que fue el eje y reflejo de la base social que pervivió como fuente inagotable de la creación de nuestras culturas ha perdurado durante todo este tiempo entre los enfrentamientos religiosos que reflejan también las sociedades y creencias de los cristianos, mahometanos e hindúes que son las mayoría en nuestro universo, sin olvidar las minorías que han sido comunidades estigmatizadas, lo mismo que los judíos desde hace siglos, y que han  sobrevivido a pesar de las persecuciones y los progromos en Rusia y en Europa; o como ahora cuando estos la ejercen  tal y como sucedió con ellos mismos en la segunda guerra mundial, en que el estado judío hace persecuciones contra los palestinos cuando el presidente de uno de los países más poderosos del mundo le concedió el reconocimiento de las tierras conquistadas en los altos del Golán. Un mundo pues, donde todavía nuestros dioses han sido con sus imaginarios parte y reflejo del desarrollo social de la humanidad a través de los siglos, a pesar del desarrollo tecnológico y científico de las formas sociales de producción del sistema capitalista.

Aunque indistintamente estás creencias han venido cambiando a través de los siglos, y es posible que sobrevivan ahora que el hombre comienza a entender que la vida puede existir en el espacio sideral como otra forma inagotable del desarrollo de la misma materia que para entenderla y estudiarla necesitamos sustentarnos sobre las formas de pensamiento que hemos tenido con las manifestaciones religiosas y culturales que permiten la manera de pensar  que profesamos para dar un mejor sentido a la visión del mundo que queremos para nuestros descendientes.  Así son los imaginarios de nuestras creencias.