La película Uribe

Así parece con todo lo que está pasando en el entorno de lo que representa el expresidente Uribe en Colombia respecto de sus seguidores y de los que se oponen, plagado de constantes enfrentamientos. Su detención no es más que el reflejo de lo que vive un país en medio de la entronización  que para muchos no ha sido más que su utilización  para beneficio personal y de sus seguidores que van en contra vía de lo que consideramos legal. En un país de leyes y que por su parecido a lo que en su momento dijo Victor Hugo, aquel novelista francés que nos recuerda lo vivido en su tiempo donde las revoluciones no fueron más que las consecuencias sociales de las malas reparticiones de la riqueza entre los que tenían tierras por herencia y los que por el desarrollo de clases emergentes que ahora llamamos capitalistas procedentes de los antiguos burgos, cuando conoció la constitución de 1.886 de Rafael Núñez, e insinuó que parecía ser una constitución para arcángeles, y que además, de acuerdo a lo conocido y por tradición hemos sido muy apegados a los legalismos jurídicos donde existen procesos que los abogados con argucias jurídicas los prorrogan por años hasta que terminan por ganar sus pleitos por una u otra causa.  No es casual que siendo denunciado Cepeda por el uso de testigos falsos que según Uribe compró en las visitas que hizo a reos acusados con conductas de delincuentes, la ley lo exima de la acusación, y se revierta contra el expresidente, sus abogados y demás seguidores acusándolo de lo mismo por compra de testigos falsos y de abogados que lindan dentro de la ilegalidad por sus conductas antisociales. Es decir que dentro del proceso que se da contra nuestro expresidente se esgrime que ha mentido con sus actos y a dejado una estela que los millares de su seguidores no creen. Cómo es posible que una persona que fue presidente durante dos periodos pueda mentir de esa manera y sin embargo a pesar de su restricción de libertad arguya que está secuestrado por la corte suprema de justicia que resolvió estar impedida para juzgarlo y proceder a que fuera procesado por un juez como ciudadano común y corriente porque sus delitos son de esa calidad por más del fuero que tuvo como Expresidente y también como Senador de la República. Para qué se hizo elegir como Senador con todas las prebendas que tenía como expresidente, y por qué renunció a su fuero como Senador sí sabía que de todas maneras sus acciones lindan con lo ilegal de ser cierto, y que como ciudadano tiene todo el derecho a qué se defienda mediante sus abogados. Sus actuaciones respecto de la ley se parecen a las de los comediantes que por cada acto congratula a sus seguidores y a su vez los enerva para que todo un país se  conmocione y ahora nos digan que quieren cambiar la constitución. Aferrados al poder porque mediante sus componendas siguen y quieren seguir gozando de las prebendas de un estado que les permite obtener ventajosos recursos económicos y personales. Claro que se podría arguir que esto es falso a pesar de las noticias que nos informan sobre la historia de su vida y a pesar que en cierta medida pudo conseguir en parte cierta tranquilidad de la población con la disminución de los actos cometidos por los grupos guerrilleros que combatió, en esos falsos dilemas que siempre nos hemos enfrascado donde nos hacen creer que los defensores de las democracias son aquellos que por la fuerza defienden los intereses de un país, suplantando o en connivencia con las autoridades legítimas hacen a su antojo todos sus actos de guerra y trabajos sucios para combatir a la subversión y la delincuencia. Hoy sabemos que nada de eso era cierto, y que todo se hacía por el control de vastos territorios para ejercer el poder a su amaño en que el negocio del tráfico de la droga y las tierras abandonadas por los campesinos diezmados que en su momento creyeron que era por una causa justa sin contar con los devotos seguidores que en todo un país confirmaban que hacía parte de la defensa de nuestra democracia y de la leyes que supuestamente defendían. Todo resultó como si fuera una película donde nos congratulamos con sus actos al verla, pero que al salir de ella nos encontramos con otra realidad. Cuál será mejor: La película Uribe, o la que vivimos con todos los conflictos sociales que existen . O también, cuál será el beneficio que nos ofrecen aquellos devotos seguidores de su entorno que no son más que denuestos y persecuciones que se oponen a la aparente defensa de nuestra democracia. La realidad es muy diferente a la película Uribe.