La incertidumbre brasilera. 1a. parte

Para nadie es un secreto que Brasil tiende a ser más reacio a lo que representan las políticas que Lula Da Silva y Dilma Rousseff implementaron en sus respectivos gobiernos desde que el Partido de los Trabajadores llegó al poder en el 2.003,  que contribuyó a mejorar en buena parte la imagen de un país que recién acababa de salir de una dictadura militar tras orquestarse en todo el continente los  golpes de estados y en especial del cono sur mediante la imposición de las políticas neo liberales en aras de la defensa de las democracias occidentales entre lo que se dio en llamar "La Guerra Fría", en las cuales los Estados Unidos mediante el Pentágono impulsaron dichos brotes militaristas que ensombrecieron a gran parte de los países  tercermundistas con el cuento de defender las instituciones democráticas del peligro comunista  ante la existencia de lo que dio en llamarse "La Cortina de Hierro", y donde la democracia de este país ensombrecida por el régimen que duró dos décadas, no solo tuvo que soportar los acuerdos que por debajo de cuerda que unos pocos años más tarde se supo de la existencia del "Plan Cóndor" adonde los gobiernos dictatoriales y algunos estados democráticos  que se prestaron, tenían un pacto subrepticio para desaparecer a las personas que considerasen enemigos potenciales, por que se oponían a las censuras de las libertades y demás derechos ciudadanos que son  inalienables de las sociedades democráticas capitalistas que ellos mismos decían defender; si no que también demostraron que una sociedad convulsa por el empobrecimiento y la acumulación de las riquezas en manos de unos pocos, por más que ejercieran sus despotismos mediante el poder militar, tenían que ceder por sus desatinos en el manejo económico y social.  

Fueron los años en que el Brasil superó en parte la barrera económica de los más pobres con su programa  de la Bolsa de Familia para ayudarlos a salir de la miseria adonde la educación y la salud fueron prioritarias para que así pudieran recibir la ayuda económica con el fin que la miseria de los más pobres en las favelas  disminuyese, y que contribuyó al crecimiento de la clase media en sus grandes ciudades, que hoy producto de sus mismas equivocaciones por la corrupción en Petrobras y las denuncias de Lavajatos sobre el lavado de dinero de un auto lavadero de carros que los altos funcionarios de los órganos gubernamentales y particulares usaron para enriquecerse a costa de sus negociados para hacerse a contratos con elevados costos en detrimento de las arcas del estado brasileño en todos los países que actuaron, incluido Colombia; contratos que como los de Odebrecht le dieron un golpe de gracia a la economía que en su momento todos creíamos que se convertiría en otro de los sueños que la humanidad se ha forjado sobre los  países donde la economía fuerte hace que sus habitantes vivan con mejores comodidades igual que los países que se consideran desarrollados, y que pasara a ser  a ser una potencia económica por el auge de su desarrollo industrial  y los proyectos de construcción de grandes represas en la selva del Amazonas más su largo imaginario por ser el más grande en extensión territorial de América Latina y el quinto del mundo, lo mismo que el más habitado de América Latina, terminaron con que miles de personas se vieron envueltas en los mayores escándalos de corrupción contemporáneo, y por consiguiente que el espiral de crecimiento y desarrollo industrial terminara en uno de los mayores fiascos de su desarrollo a pesar de tener la posibilidad de serlo, pues entre otras cosas la nostalgia de la larga dictadura militar de la que sobrevivió cuando se hablaba del milagro brasilero, hoy por hoy cobra una mayor fuerza con el triunfo de Bolsonaro en las urnas.  No quiere decir con esto, que la larga lucha que tuvo su pueblo por obtener la libertad de elegir directamente a sus gobernantes mediante las urnas desde la caída de la dictadura se haya perdido, sino que los propios dirigentes obcecados por sus delirios de grandeza se contagiaron de las debilidades humanas y la ambición por el poder para sus beneficios personales, en que el control de las arcas fiscales por parte de sus mismos funcionarios y particulares, más el alto grado de violencia que se ha generado por el aumento del paro forzoso, las protestas recientes que se hicieron contra el intento del alza  del transporte en Sáo Paulo por el mismo candidato Haddad cuando era su alcalde, que hoy disputa con Bolsorano la presidencia del Brasil, la abierta disposición de este último por apoyar a los descendientes de los garimpeiros en las zonas rurales que se han convertido en los mayores depredadores de la selva virgen del Amazonas que produce más del 20% de oxigeno que favorece la sobre vivencia de la vida en la tierra, ya que con las medidas que ha tomado el actual mandatario -Temer- para favorecer a los grandes latifundistas  que quieren convertir estas tierras para  hatos ganaderos o en el cultivos de la soja mediante la persecución y el destierro de los pocos indígenas  con culturas desconocidas que todavía existen en las vastas zonas selváticas, políticas que han sido avaladas por el imaginario brasileño que para bien o para mal, el derrumbe de sus finanzas o de su progreso afecta a toda América y al mundo entero por ser también la sexta economía mundial.