La expectativa brasilera. 2a.parte


A medida que se acerca la fecha de las elecciones para elegir el próximo presidente de los brasileros toma fuerza la ventaja del candidato Bolsonaro sobre Haddad donde según parece todo lo hecho en función social de los gobiernos anteriores del Partido de los Trabajadores está siendo echado por la borda por sus contrincantes políticos que no quieren dejar ningún rastro de lo posiblemente bueno que estos hayan realizado en sus respectivos gobiernos de turno, al fragor de sus diatribas en los mítines populares, las redes sociales que como Wahtsapp y Facebook han sido las plataformas que están encauzando el hastío que dejaron toda la sofisticada red de corrupción que encarnan desde el ex presidente Lula da Silva, la misma Dilma Ruusseff que hizo todo lo imposible por tapar el abismo fiscal en que estaba el país, y también por tratar de salvar al mismo Lula que la llevó al desprestigio, y que conllevó a que en las últimas elecciones no saliera elegida senadora allí donde precisamente estaba su bastión electoral, y a pesar que los mismos que impulsaron su destitución presidencial también son parte de los sobornos tan enmarañados que ni el mismo Sergio Moro el juez que condenó a da Silva por corrupción pasiva y lavado de dinero, se salvó ya que los responsables de llevarlo a la cárcel también han resultado salpicados por la corrupción reinante con los malos manejos de la administración en una sociedad que al no tener otra alternativa política ha convertido a el ex capitán del ejercito como el posible salvador de la bancarrota en que se encuentra Brasil, y muy a pesar que en la memoria de sus compatriotas y de los latinos todavía no se olvidan los desatinos de las fuerzas castrenses cuando estuvieron en el poder, que incluso ellos mismos ante sus errores por la mordaza que impusieron a su pueblo se dieron sus propios reglamentos legales para no pagar nada por sus actos institucionales que hicieron gala de abusar no solo de las libertades democráticas sino también de cometer delitos de lesa humanidad contra sus conciudadanos, muy contrario a lo que sucedió en otros países que como Argentina, y Chile, todavía persiguen legalmente a los militares y civiles que defraudaron sus instituciones con todos sus actos de barbaries, pues ellos mismos se perdonaron sus posibles delitos a cambio de devolver la democracia a su pueblo permitiendo que eligiera por votación directa a quién podría ser su presidente y sus gobernantes. 

Las metidas de patas de los que han gobernado al país durante estos últimos gobiernos, más el uso indebido de las redes sociales que en vez de servir para crear una situación de dar claridad sobre los hechos sucedidos, mediante noticias falsas con la creación de grupos y empresarios particulares que con dinero están ayudando a crear  entredichos no comprobados con los posibles desfalcos que pudieron cometer, muy parecidos a los falsos positivos que se dieron en Colombia, para así dar vía libre a que Bolsonaro triunfe en las próximas elecciones. Una situación en la que Los evangélicos que son una fuerza mayoritaria y política se ha volcado hacia el candidato que no comparte con el aborto de las mujeres, ni con los grupos minoritarios de LGTB  y las minorías negras que por su situación económica han estado a favor de las políticas del Partido de los Trabajadores que el mismo candidato ha aprovechado con su ida a Israel a bautizarse en el río Jordán que lo hizo acercarse a los seguidores de la iglesia evangélica cuando se convirtió en su nuevo discípulo, pues con   este acto selló con los soldados de la la fe que tienen más de  6.000 templos en todo el Brasil y un caudal cercano al veinticinco por ciento (25 %) de los votantes que están dispuestos a llevarlo a la presidencia, dejando de lado sus antiguas posturas de ética católica. y ademas pregonando cada vez más claro su nostalgia por la antigua dictadura militar que gobernó al país. Su decisión de retirarse del pacto de París sobre el cambio climático, lo mismo que hizo Trump con su llegada a la presidencia en los Estados Unidos, más su decisión de privatizar la economía dando vía libre a los que en zonas rurales los grandes hacendados vienen haciendo con la desforestación de la selva más grande del mundo para conseguir más tierras avaladas por lo que viene haciendo el actual gobierno de Temer que arrincona con sus políticas a los indígenas que exigen menos construcciones de represas y facilidades para sus sobre vivencias que son precarias e incluso menos que las que tienen los negros en las grandes favelas que hoy existen.

Un triunfo de Bolsorano e incluso una eventual llegada al poder por parte de Haddad en principio no son las mejores soluciones para la problemática económica del Brasil de hoy porque es muy probable que a pesar que llegue el primero a la presidencia no parece haber claridad sobre las futuras políticas sociales de esta grande economía hundida por el desgaste de sus líderes que lo gobernaron, más la fascinación  que ha venido ejerciendo por las formas autoritarias para gobernar, no hacen más que generar unas expectativas sobre un viraje político hacia la derecha en una América Latina convulsionada por los corruptos y la delincuencia que junto con las drogas son las fuentes de otras situaciones de crisis, que en algo se parecen a las posturas ideológicas de lo que fue el Fascismo con Mussolini, o de las de Hitler que llevaron  al mundo a la tercera Guerra Mundial. No sabemos todavía qué puedan hacer los militares que lejos del ejercicio del poder, ahora con la presencia de un candidato que quiere a su manera hacer que otros militares estén haciendo su presencia activa en la política, y que de no lograrse la solución a los males económicos que aquejan a este país, pueda suceder lo mismo que cuando estos llegaron al poder en 1.964 mucho más cuando los fanatismo religiosos también se están imponiendo en la política con los seguidores de La iglesia Universal del Reino de Dios  ante la sugerencia de hacer creer que la panacea para la solución de sus problemas sociales y económicas sean sus invocaciones religiosas y sus apuestas por un gobierno autoritario para combatir dichas endemias.

He aquí un vídeo bajado de un periódico web a donde Bolsonaro se convierte en evangélico dentro de la libertad de credos, y del derecho a elegir a sus gobernantes por medio de las elecciones en las urnas.

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